El reto
Conforme iba creciendo la empresa se fue haciendo evidente que iban a tener que cambiar de sistema de gestión de almacenes (WMS). A lo largo de los años probaron sistemas de varios proveedores, pero ninguno terminaba de satisfacerles.
«Todos eran muy difíciles de entender, su funcionamiento era complejo y requerían mucho tiempo de formación y adaptación. Y, una vez que habíamos seguido la formación, teníamos que transmitir esa información a nuestros empleados y clientes», nos explicó Brundage.
Sus antiguos escáneres de códigos de barras también eran motivo de frustración en la empresa.
En sus propias palabras: «los dispositivos no eran funcionales y estaban obsoletos. Cada vez que los usábamos, nos daba la impresión de estar usando una antigualla de otro siglo».
El reto de Shipsters era doble, ya que tenían que mejorar tanto sus equipos de hardware como su solución de software, sabiendo que su sistema de gestión de almacenes tenía que ser lo suficientemente eficaz para cumplir las exigencias de su actividad y lo suficientemente simple para que los empleados lo utilizaran sin necesitar demasiada formación.